7.02.2006

Nuestras señas de identidad


¡Hemos creado el mundo perfecto! nos repiten cínicamente, propagando sus mentiras por los medios de comunicación. En realidad, no han cambiado nada. Vivimos en un mundo en el que unos pocos tienen todos los derechos y todas las oportunidades mientras los grandes conjuntos humanos viven esclavizados por las deudas, la injusticia y la desesperación.
Es la misma mentalidad violenta que concentra el poder, político o económico, para controlar y explotar a los seres humanos.
El cambio verdadero no es el reemplazo de un poderoso por otro, de un amo por otro amo, sino la total ausencia de poderosos y de amos; el cambio verdadero es la superación definitiva de cualquier estructura social que implique dominadores y dominados.

Dijo Mahatma Gandhi, uno de los padres de la lucha no violenta: "La violencia es el miedo a los ideales de los demás."
Y agregaba: "La fuerza no proviene de la capacidad física sino de la voluntad indomable".
Esa voluntad es la que nos lleva a dibujar nuevamente hoy este signo de rebeldía.

No queremos nuevas guerras y el único camino es conquistar la justicia, la fraternidad, la dignidad y la alegría de vivir. ¡De ellas nacerá la paz! Nuestra forma de lucha será la No-Violencia Activa.
Nuevamente la historia se ha puesto en marcha y algunos signos nos dicen que comenzó a caminar a través de las recientes movilizaciones juveniles de Francia y Chile.

La gente joven vuelve a soñar y lo hace con la inteligencia de quienes reflexionan en conjunto y organizadamente. Ahí está el ejemplo de los jóvenes franceses oponiéndose al primer contrato de trabajo y luego el de los jóvenes chilenos en contra de la privatización de la educación, convertida ya en negocio. Ahora el de los españoles pidiendo primero, poder acceder a una vivienda y, segundo, sin tener que hipotecarse de por vida por ello. Sus acciones de denuncia y de no colaboración con la injusticia han servido para dejar en ridículo a la violencia de los poderosos.

Frente a estos signos de los nuevos tiempos que se encenderán en otros nuevos con la llama inextinguible de nuestra rebeldía, digamos con claridad lo que se debe hacer para romper las viejas ataduras que aún nos mantienen en la prehistoria y proyectarnos hacia una sociedad verdaderamente humana:

Lo que debemos hacer es priorizar la salud y la educación de calidad, públicas y gratuitas, estableciéndolas como derechos humanos inviolables. Esto, lejos de ser utópico, es urgente.

Necesitamos un nuevo sistema económico que valorice el trabajo humano. No aceptamos el chantaje que se hace a la gente que vive de un sueldo, cuando se las amenaza con que quedarán sin trabajo si reclaman salarios justos o condiciones de vida digna.
Necesitamos armonizar el desarrollo y el respeto al medio ambiente y a la biodiversidad.

Se deben abrir los medios de comunicación a la expresión de la diversidad para que nuestras mentes se abran al diálogo y a diferentes miradas de la realidad y no sólo a las creencias que quiere imponer el poder económico.

Y a nivel internacional, se debe avanzar decididamente hasta el desarme nuclear total. Esto tiene que partir por Estados Unidos, U.E., Rusia y China. De lo contrario no podrán evitar que otro país tenga también armas atómicas.

Es urgente reducir drásticamente el gasto militar y resolver el parón de la construcción europea debido al erróneo planteamiento de ratificación y aprobación de la Constitución, que se hizo en medio de la desinformación general de la población y con formas y criterios muy diferentes en los distintos países de la Unión.

Queremos una verdadera Constitución Europea, con fuertes y coherentes referencias humanistas: que afirme valores de paz, solidaridad, tolerancia y no violencia no sólo en el Preámbulo sino en todo su articulado

Esto es lo que mínimamente hay que hacer, pero esto no lo harán los poderosos.

Sólo el clamor de los pueblos que recuperan la fe en sí mismos podrá detener esta violencia desbocada.

Silo, que nos convoca a humanizar la Tierra, anunció sobre los tiempos venideros: “Estamos al final de un oscuro período histórico y ya nada será igual que antes. Poco a poco comenzará a clarear el alba de un nuevo día; las culturas empezarán a entenderse; los pueblos experimentarán un ansia creciente de progreso para todos, entendiendo que el progreso de unos pocos termina en progreso de nadie. Si, habrá paz y por necesidad se comprenderá que se comienza a perfilar una nación humana universal”.

Hoy la lucha es entre Humanización y Deshumanización, entre Violencia y No Violencia. Entre Oprimidos y Opresores.

A partir de ahora, los que estamos de acuerdo con estos mínimos y en este mensaje de esperanza nos multiplicaremos y convocaremos a nuestra gente cercana y les diremos que la lucha ha comenzado y que nuestras armas serán el diálogo, la organización, la denuncia, la movilización pacífica y porfiada, la mano con la mano, y la mirada puesta en el futuro.
Amigos míos, Paz es Fuerza.